Anónimo en Oscuridad II

Entre tinieblas y oscuridad la callejuela respira un aliento de soledad, de improviso un sonido hueco mata la solemnidad sepulcral del lugar, una mujer caminaba calle abajo a un paso tranquilo pero temeroso, preocupada por el sentimiento extraño y acogedor que invadía su alma.
Entre las sombras de una callejuela aledaña, unos ojos rojos miraban detenidamente, excitados por la sangre, que corría dando vida a aquella dama.
La callejuela parecía cada vez hacerse más angosta y oscura a cada paso de la chica, de pronto de la nada una sombra y unos pasos hicieron su aparición.
El sobre salto no se hizo esperar y un grito mortuorio se escucho en la oscuridad tratando de calmar el sobre salto, una mano rápidamente tomo la mano de la chica mientras unos ojos y una boca aparecieron entre la oscuridad, palabras llenas de calma y una mirada de deseo de entre la oscuridad emergían, el latir de un corazón llenaba el silencio, la ausencia de un corazón dedicado a la luz o a las tinieblas.
Una pequeña gota de sangre escurrió por su muñeca, el fluir de la vida se escuchaba tal y como el fluir del río entre piedras, llenando de vida y duda la oscuridad. La luz cortaba de tajo aquella abrigadora oscuridad, dejando ver solo aquellos tiernos ojos y unos labios temblorosos, temerosos de ser calmados de paz.
Luz, oscuridad, temor y deseo se mezclaban entre sí, una ruleta de pensamientos, cual seria el elegido al azar. En instantes el fin de la callejuela ha llegado, el camino ha terminado, la oscuridad ha regresado a lo profundo del alma, y solo un beso recuerda la chica de aquel viaje entre sentimientos y guerra de consciencias.

¿Este ha sido el fin?

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